16/12/08

EXIGEN PLURALISMO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

Contra la economía neoclásica como única alternativa
En vísperas de las fiestas y con las cursadas finalizadas, pareciera que la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP se dispone a aprobar un nuevo Plan de Estudios. El próximo 15 de diciembre, en la última sesión del año del Consejo Académico, el oficialismo formado mayoritariamente por sectores radicales y liberales podría presentar una propuesta de reforma de la Licenciatura en Economía. Prácticamente sin ninguna discusión pública, la Universidad de La Plata definiría así el perfil de los futuros ministros, investigadores, académicos, especialistas en Economía y Finanzas. Esta situación ya está generando controversias: un grupo formado por estudiantes, graduados y docentes de la propia Facultad impulsa un petitorio de discusión pública de la reforma, y ya ha recogido varias adhesiones.

Una de las principales críticas es la falta de información y la poca voluntad de las autoridades por generar espacios de debate para el conjunto de la comunidad académica. Según el documento firmado como “Graduados, docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP por la Pluralidad de Planes”, la información oficial es escasa y no ha habido ámbitos institucionales de participación y discusión de la currícula universitaria: los fines y objetivos de la carrera, los contenidos. Tampoco los profesores de los nuevos planes de estudio. Esta discusión, sin embargo, se ha dado en forma secreta entre ocho personas, todas representantes del oficialismo. ”Sólo existieron algunas reuniones ‘informativas’ sin la presencia de autoridades de la facultad, quedando relegados la mayoría de los miembros de la comunidad educativa de la facultad: docentes, graduados, estudiantes y no docentes”, explicaron.
El Consejo Académico (o Directivo) es el órgano máximo de gobierno de la Facultad. En el caso de la UNLP está formado por seis consejeros profesores (una minoría del total de docentes: sólo titulares y adjuntos); dos graduados (aquí participan la mayoría de los docentes con clases a cargo) y cuatro estudiantes. Entre sus atribuciones más importantes se encuentra la definición de los contenidos de la enseñanza, que en el caso de las Ciencias Sociales en general es pro definición objeto de controversias doctrinarias.
“En tiempos en que el capitalismo atraviesa su mayor crisis en tres décadas, y luego de haber padecido las consecuencias sociales del neoliberalismo, llama la atención que en la Facultad de Ciencias Económicas no se evidencie el notable desgaste de la teoría económica neoclásica”, sostiene Facundo Barrera, egresado de esta Facultad como Licenciado en Economía e integrante de la Escuela de Economía Política, una de las estrategias que graduados y estudiantes se han dado para acceder al estudio de las doctrinas no hegemónicas, entre ellas el marxismo y el keynesianismo, que en la carrera oficial se encuentran ausentes.
En la Universidad Nacional de La Plata, la reforma pretende enfatizar el contenido parcializado objeto de críticas: “la propuesta oficial apunta a recortar los contenidos de las carreras, eliminando materias, profundizando el dogmatismo y consolidando un modelo de formación profesional unidimensional. La eliminación de materias -en particular, las humanísticas- y el mayor dogmatismo reducen el pluralismo de contenidos y enfoques conceptuales, promoviendo la formación de profesionales sin capacidad crítica, inflexibles y dogmáticos”, señala el manifiesto.
Los firmantes han recibido adhesiones de personalidades y académicos de distintos puntos del mundo. “Creemos que hay que abrir espacios de discusión y reflexión sobre un tema muy importante. Necesitamos construir planes de estudio que formen profesionales con capacidad de aportar a la transformación y mejora de la sociedad, que tengan una visión crítica y cuestionadora del statu quo y que se involucren con los problemas reales de la comunidad. Estamos pidiendo que no se estudie solamente una doctrina, que además en este caso es la neoclásica, que nos ha llevado varias veces al desastre. La Facultad tiene la responsabilidad de que el debate sea participativo y el plan de estudios contemple una pluralidad de visiones sobre la economía”.
Para conocer y suscribir el petitorio se puede mandar un mail a porlapluralidaddeplanes@gmail.com

5/12/08

A UN AÑO DE LA TRAGEDIA de la UNIV. NACIONAL DE RIO CUARTO

CON NUESTRO RECUERDO, EL HOMENAJE A LAS VICTIMAS.

Gladys Baralla
Damián Cardarelli
Lilian Giacomelli
Miguel Mattea
Juan Politano
Carlos Ravera

El lamentable episodio, cuyo primer aniversario se cumple en el día de la fecha, fue motivado fundamentalmente por la desidia y falta de seguridad existente en el ámbito de dicha Universidad, situación trasladable aL resto de las universidades nacionales.
Un Presupuesto Nacional insuficiente, una política de investigación orientada principalmente a satisfacer los deseos del capital privado, la falta de compromiso de las Autoridades Universitarias que priorizan los precarios recursos existentes en gastos superfluos en desmedro de la seguridad laboral: son algunas de las causas de los permanentes riesgos a que se ven sometidos en el ámbito de trabajo el personal de la universidad. No podemos dejar de denunciar a las autoridades de la Universidad de Río Cuarto, y al Gobierno Provincial y Nacional, las que en lugar de asumir su propia responsabilidad, pretenden culpabilizar a las víctimas - hoy lamentablemente sin defensa - de las consecuencias del hecho.
Desde IZQUIERDA UNIVERSITARIA seguiremos luchando por un presupuesto adecuado y por políticas que garanticen plenamente condiciones dignas para que se puedan estudiar y trabajar en las Universidades Nacionales.

4/12/08

A 90 años de la Reforma Universitaria

1918: los estudiantes sacudieron Argentina y América Latina

“La Asamblea de todos los estudiantes de la Universidad de Córdoba decreta la huelga general. Junio 15 de 1918”. Así decía el acta que un estudiante redactó desde el escritorio del rectorado. La represión policial inició la insurrección estudiantil. Las banderas de libertad académica y democracia que instalaron los “reformistas” de 1918, siguen siendo parte de las luchas estudiantiles en todo el mundo.
Estudiantes reformistas en los techos de la Universidad de Córdoba. 1918
La Reforma Universitaria ha sido reivindicada por corrientes tan diversas, de la burguesía o de la izquierda, que los hechos ocurridos, sus reivindicaciones, el papel de radicales y oligarcas, así como el choque de las distintas posiciones que intervinieron, casi se han ido esfumando.

La Argentina de entonces
Desde 1917, por varios años, una oleada de luchas sacudió al mundo, provocadas por los sufrimientos inflingidos a las masas por la guerra interimperialista iniciada en 1914. En Argentina, por primera vez en 1916 se eligió el colegio electoral para nombrar la presidencia por el voto secreto, universal y obligatorio (ley Saenz Peña de 1912). Eso sí, sólo para hombres (era según el empadronamiento militar). Ganó la Unión Cívica Radical. El 12 de octubre, poco después de culminados los festejos por el Centenario, asumió Hipólito Yrigoyen. El ascenso obrero dio lugar a la huelga general en Buenos Aires (la Semana Trágica) en enero de 1919, y las huelgas de la Patagonia en 1921. Los estudiantes comenzaron a movilizarse desde 1917. El 11 de abril de 1918 se fundó la Federación Universitaria Argentina (FUA), formada por dos delegados por cada una de las cinco universidades que había: tres nacionales (Córdoba, Buenos Aires y La Plata) y dos provinciales (Tucumán y Santa Fe).

El levantamiento estudiantil
El foco central se dio en la Universidad de Córdoba, con una violenta insurrección estudiantil en respuesta a la irrupción de la policía, en junio. El movimiento se extendió a Buenos Aires (donde había lucha estudiantil y se venían logrando cambios desde 1906), y luego a La Plata, donde también fue violento.
El radicalismo ha mantenido desde entonces una reivindicación de “la reforma”, acomodándola a sus propios intereses. Por ejemplo, la justifican como una respuesta al oscurantismo religioso. Esto sólo es parcialmente cierto, y fundamentalmente para la Universidad de Córdoba, donde tenían bastante peso las autoridades, profesores e ideas católicas y ultraoligárquicas, nucleadas en el pequeño grupo denominado la Corda Frates.
Pero los levantamientos de la universidad de La Plata y la de Buenos Aires fueron contra universidades en las que ya a fin del Siglo XIX predominaban concepciones burguesas modernizantes más que religiosas, donde se formaban profesionales “modernos”, claro que de y para la elite dominante.
Los estudiantes exigieron el fin del autoritarismo y el dogmatismo católico, pero también del elitismo, reclamando la autonomía, la participación en los organismos de conducción, los concursos y la periodicidad de cátedra (que hasta ese entonces se entregaban “de por vida” a los amigos del poder), la cátedra libre y la asistencia libre a las clases.
Agosto y setiembre transcurrieron con movilizaciones, actos, sumarios, cárceles y allanamientos. La Iglesia atacaba a los estudiantes desde sus púlpitos. Hacia fines de julio se realizó el primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios. En sus declaraciones se incorporó la necesidad de la enseñanza gratuita y el libre ingreso.
Alrededor de la consigna de extensión universitaria se expresaron dos alas en el movimiento. Un sector enfatizó el vínculo hacia la clase obrera. Otro, mayoritario, hacia los pueblos de Latinoamérica. En 1932, durante el Segundo Congreso de la FUA, se votó “contra el apoliticismo, por el derecho a agitar la revolución social en el ámbito universitario”.
El 10 de setiembre, la Federación Universitaria de Córdoba dio un paso decisivo: asumió la conducción de la universidad. Nombró decanos y levantó la huelga, para reiniciar las clases. Las autoridades repudiadas acusaron el golpe y renunciaron. Los presos fueron liberados y llegó el triunfo: se lograron casi todas las demandas del movimiento.

La contrarreforma radical
Será otro gobierno de la UCR, el de Marcelo T. de Alvear, quien en 1922 comenzó la contrarreforma, interviniendo las universidades, eliminando la autonomía, el gobierno tripartito, la periodicidad de cátedra y así sucesivamente…
El movimiento estudiantil argentino atravesó muy distintos períodos, acompañando la historia nacional. Desde el cerrado gorilismo antiobrero y proyanqui del 46-55 hasta grandes movilizaciones antiimperialistas, por el presupuesto universitario, contra la enseñanza privada, la resistencia a las dictaduras, y tantas otras luchas.
En ese largo proceso, las consignas centrales de la Reforma de 1918 están siempre presentes en todo programa revolucionario o de izquierda. Aunque ha habido importantes conquistas, muchas no se han logrado, otras se han ido perdiendo. El acceso a la universidad sigue estando fuera del alcance de los hijos de los trabajadores y amplios sectores populares. En un país capitalista semicolonial como el nuestro, la educación estatal y gratuita en todos sus niveles está cada vez más atacada por el imperialismo, las multinacionales, sus organismos regionales como el FMI o el Banco Mundial, y los gobiernos de turno. Será el triunfo de un gobierno obrero y popular, en una Argentina Socialista, el que podrá llevar a la práctica en su totalidad y consecuentemente las banderas de aquellos estudiantes “torpes, vandálicos e incultos en extremo”, como los calificó en 1918 el obispo de Córdoba, fray Zenón Bustos y Ferreira.

El Manifiesto Liminar y América Latina
Este valioso texto fue elaborado el 21 de junio de 1918 en Córdoba, por la mesa directiva de la FUC. Su título era “La juventud universitaria de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica”. En él denunciaba el “arcaico y bárbaro concepto de autoridad”, el dogmatismo y el “derecho divino del profesorado”. Presentaba sus reclamos y la exigencia de participar en el gobierno de la universidad. Finalizaba diciendo que “saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar con la obra de libertad que inicia”.
Tuvo una repercusión latinoamericana, que se expresó, entre otros procesos en la realización en México en 1921, de un Congreso Estudiantil Continental.
En Perú, el reformismo estudiantil fue muy fuerte. Uno de sus dirigentes, Víctor Raúl Haya de la Torre, exiliado luego en México, fundó el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), el gran movimiento nacionalista burgués. Se extendió también a Chile, Paraguay y Cuba. En esta última, el movimiento estudiantil se radicalizó hacia el proletariado, influido por el triunfo de la primera revolución socialista, obrera y campesina, en Rusia, en octubre de 1917. El dirigente estudiantil Julio Antonio Mella fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925.
En 1929, cuando tenía apenas 25 años, Mella fue asesinado en México por esbirros del dictador Gerardo Machado.

Nahuel Moreno sobre la Reforma Universitaria y sus contradicciones
Si bajo el yrigoyenismo se produjo un gran ascenso del movimiento obrero, lo mismo puede decirse del estudiantado. En realidad, el primero proporcionó la base material sobre la que pudo asentarse y desenvolverse la famosa Reforma Universitaria de 1918. La misma cuestionó programas y sistemas de enseñanza caducos de las universidades argentinas. El gobierno de los radicales miró con simpatía el movimiento que transformó las estructuras de la enseñanza superior y que, incluso, tuvo repercusión en toda Latinoamérica. Con una plataforma de lucha contra el poder de la Iglesia y los resabios feudales existentes en la Universidad, se nucleó la clase media ilustrada que aportó a la vida estudiantil un conjunto de ideas progresistas que estaban tomando cuerpo en la sociedad argentina como resultado de los cambios que se producían a nivel nacional e internacional. No pasó mucho tiempo antes que los dirigentes reformistas incorporaran postulaciones sentidas por los trabajadores.
Sin embargo, la historia del movimiento ha sido magnificada o, directamente, falsificada, en lo que hace a la relación entre la Reforma y el movimiento obrero. En los hechos de la Semana Trágica [enero 1919], por ejemplo, el papel de los reformistas fue el de represor de los obreros anarquistas que se habían apoderado de las calles de Buenos Aires. Muchos dirigentes de primera línea, además, participaron en la campaña desatada por la reacción contra Yrigoyen y celebraron la caída de los radicales. En 1930, Raúl Uranga, presidente de la FUA, calificó al presidente, en un acto público, de “caudillo senil y bárbaro”.



Democratización YA de la UNLaM

Corto elaborado por DocSur (Colectivo de Comunicación integrado por estudiantes y docentes de la carrera de Comunicación Social de la UNLaM).


Capitulo 2.